VIAJE A LOYOLA

El 8 de octubre nos pusimos en viaje a Loyola. Teníamos muchas ganas de ir a la casa donde comenzó la trasformación de Ignacio. Todos debemos mucho a la espiritualidad Ignaciana.  Hemos recibido y seguimos recibiendo profundas experiencias de Jesús gracias a los E.E. .

   Madrugamos un poco con el fin de aprovechar a tope el día. Fuimos 29 compañer@s, aunque estaba toda la Comunidad presente. En la escalinata del Santuario de Loyola, hicimos la  primera foto del día.

Toni Caballero nos esperaba para enseñarnos la casa, nos contó múltiples historias y los cambios que se han realizado en la casa.  Fue emocionante celebrar la Eucaristía en el lugar en el que Ignacio se entregó a Dios sin condiciones, y también compartirla con quienes hemos tenido la suerte de ir a Loyola.

Comimos tranquilamente en un restaurante cercano. Fueron muy amables. Nos invitaron al café.

Destaco tres momentos: la capilla de la conversión de san Ignacio, casa del Hermano Gárate y la Ermita Izarpe

Durante el día tuvimos  momentos espontáneos de reflexión, como expresión de sentir al Espíritu en este entorno tan bonito. El viaje nos sirvió también para relajarnos, convivir y compartir entre nosotros.

ENCUENTRO EN LA CASA ACOGIDA DE ATALAYA

En junio de este año hemos comenzado la andadura de un grupo de personas de la comunidad  que deseamos conocer, sentir y comprometernos con las actividades de apoyo a la casa de acogida de Atalaya. 

Esta casa atiende las demandas de las personas migrantes, en la que conviven 12 jóvenes marroquíes y argelinos. El  ambiente es  «sano y animoso». Ahora varios de ellos están aprendiendo soldadura. Algo que les va a facilitar entrar en el mercado laboral.

Entre las responsabilidades con esta casa de acogida tienen que mantener la casa limpia y ordenada. 

Hemos tenido dos encuentros-cena, en la casa de Atalaya con la mayoría de los que viven allí. El 30 de junio nos acercamos por primera vez, Ramón, Milagros, Carmen y Cipri. En las cenas nos cuentan que en algunos casos sus llegadas a Burgos han sido una odisea. Están conociendo sueldos miserables sin seguridad social. También necesitan enviar dinero a sus familias.

Este 6 de noviembre participamos Alejandro, Chus y Javier. Son 12 jóvenes con otra cultura. Su lucha es aprender el castellano y tener un trabajo. Mi impresión es que se están haciendo muy bien las cosas, desde el jesuita Luis Casado y nuestro amigo Jaime Burgos.

Han sido momentos de conocer y sentir, que estos jóvenes que viven allí, buscan un lugar donde poder trabajar y vivir. Lo que todos buscamos al fin es ser felices.